jueves, 14 de mayo de 2015

ST. VINCENT

Me gustaría hablaros de esta conmovedora historia disfrazada de comedia que se ha convertido en una de mis películas favoritas de los últimos años.
Melissa McCarthy representa a Maggie, una enfermera que tras descubrir las continuas infidelidades de su marido decide poner tierra de por medio y se traslada a un nuevo barrio con su hijo Oliver. Allí coincidirá con Vincent (Bill Murray) un huraño vecino, bebedor, jugador y un mal ejemplo en definitiva.  Por circunstancias diversas Vincent terminará siendo el canguro del niño y entre ellos se establecerá una relación muy especial.

Lo que me gusta de esta película y lo que la hace tan especial es su sencillez, propia del cine independiente americano que tanto me gusta personalmente. Tanto la historia como la plástica de la película no son algo novedoso pero al mismo tiempo sus protagonistas tienen tanto carisma que hacen de ésta una historia tan divertida como emotiva.
El sensacional reparto tiene mucha culpa de ello. Vamos a ver a Naomi Watts interpretando a una prostituta rusa embarazada. Naomi, que siempre se nos muestra como una mujer correcta y elegante nos descubre su lado más divertido metiéndose en una mujer mal hablada, ordinaria y en la que la dulzura y la sensibilidad brillan por su ausencia.

Sin embargo Melissa McCarthy, una actriz un poco encasillada en papeles cómicos se nos rebela aquí como una buena actriz dramática convirtiéndose en la más seria y sensata del grupo.
De Bill Murray poco podemos decir, el papel está hecho a su medida y tan solo Jack Nicholson o Jeff Bridges (si no se dedicara a hacer trabajos ridículos como "El séptimo hijo") podían haberse acercado a su magnífica interpretación. Lo más dificil de interpretar debe ser meterse en el papel de un hombre normal y hacer que nos lo creamos, él lo consigue y consigue además que lo queramos.

Junto al pequeño Oliver interpretado por Jaeden Lieberher, nos cuentan una historia de esas con moraleja en la que lo aparentemente sencillo esconde muchos aspectos críticos. En este caso el director y guionista parece tocar de soslayo el tema religioso pero en realidad todo gira en torno a la figura del santo en el catolicismo. Serán continuas las referencias a santos ya que Oliver estudia en un colegio católico pese a ser judío. Y la moraleja de la historia tiene mucho que ver con eso porque nos viene a decir que un santo no siempre tiene que ser políticamente correcto y podemos tener referentes válidos en personas que en un primer momento no parecen el mejor ejemplo a seguir.
Además de enseñarnos a no juzgar a las personas sin conocerlas realmente, esta película nos habla de amistad, de respeto y de tolerancia y todo eso aderezado con una banda sonora sensacional en la que vamos a escuchar reconocibles artistas como The National, Jefferson Airplane o Bob Dylan.

Aunque analizando la película de una forma objetiva puede ser algo irregular en cuanto a que tiene una primera parte más cómica y una segunda más melodramática con una transición entre ambas nada paulatina, tengo que decir que eso es lo menos importante porque ésta es una historia de las de percibir a través de los cinco sentidos, pero sobre todo con el corazón, realmente conmovedora y bonita. Se hacen muy pocas películas así a lo largo del año, de esas que te hacen pasar un buen rato y además te enseñan cosas, por eso no podéis dejar de verla.

GRACIAS POR LEERME

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